Sábado 8 de abril | 20:00h
La vida, a veces, es tremendamente incómoda. Es tremendamente incomprensible. Es tremendamente confusa, abnegada, cabezona, la vida, a veces, es tremenda sin más, es y sigue siendo, por mucho que intentemos ponerle márgenes, cuadrados, ratios de tiempo exacto, eficacias comprobadas, indicadores de medición, curvas de vida, esperanzas medias, gráficos de colores, leyendas de mapas…
La vida, muy a nuestro pesar, es tremenda y por tremenda, infinita, incapaz de caber entera dentro de nuestra cabeza, imposible entender con un solo lado de nuestro cerebro, de explicar con el lenguaje verbal, discursivo, tan arragaido en nuestra cultura occidental, tan legitimado por siglos de historia ilustrada, judeo-cristiana, masculina (cerrada a lo emocional por considerarlo asunto de Satanás, demasiado mágico e incierto como para sentirse a salvo combinando mente y cuerpo) que necesitamos parámetros inventados para dar un sentido, una coherencia.
Elaboramos estrategias de medición como fármaco contra nuestro miedo sin darnos cuenta que cuántos más fármacos, más enfermedades diagnósticadas. Nos hablan de descubrimientos, progresos, avances, biotecnología, mutaciones, radiaciones, estadísticas, tratamientos contra la soledad, el autismo, la neurosis y sin embargo, obvian y eliminan a la filosofía.
Ofuscadxs como estamos en ciertos resultados ligados con la economía capitalista, es decir, dinero y status, nos olvidamos del presente, de cuerpo, tierra, bosques y semillas, aguas dulces, playas salvajes, montañas que amamantan. Nos olvidamos de los pájaros, de cuando las nubes traen lluvia y el suelo tiembla. De cuando los mares se enfandan y los cielos descargan sus iras, nos olvidamos de las leyendas del tiempo que alertan de las guerras de la vida. De los cinco sentidos conjugados en una misma realidad. Del presente.
La Karpintería es un sitio donde tenemos muy presente esto. El sábado 8 de abril vendrá Sangre Du Muérdago a abrirnos los cinco sentidos y tal vez, algunos más todavía por identificar. La belleza tierna y meláncolica de las letras y música de Sangre du Muérdago, la presencia de los bosques, las estrellas, la naturaleza bruta, sin medias tintas de petróleo y bolsas de mercado, abre en canal para que corran los ríos de sangre de otros tiempos trayendo el susurro de nuestrxs ancestrxs, atrayéndonos al centro de lo que somos. Sangre du Muérdago, es raíz y tierra, árbol milenario que con el viento remite a lo celta, a las notas alargadas, de terrones de lluvia y chimeneas siempre prendidas. De Galiza, Cánada, Berlín, Leipzig, Bilbao, de la Calle Cortes en el barrio de San Francisco, de un edificio de la madera, donde siempre se ha construido, donde la madera de los árboles ha servido de refugio.
El concierto de Sangre Du muérdago trae espíritus ancestrales a los rincones de la ría del Nervión, a la vera de una chatarrería, subiendo unas escaleras que huelen a orines, sol y opiáceos, un elixir de sangre de bosques. Lo hace en un viaje en el que estaremos lxs que podamos, que no somos todxs porque no cabemos. Las plazas de este viaje son limitadas. Quedan 40 y se darán por orden de llegada. El viaje empieza a las 8 de la tarde el día 8 de abril en la puerta de Cortes 29-31 y la entrada son 8 euros. Tras pasar el umbral, los vuelos de lxs espíritus nos guiarán con música, velas e hidalgos de otras vidas, hasta el susurro de los bosques de las manos de lxs componentes de Sangre Du muérdago.
Este viaje, no habría podido suceder sin el liante, melómano, guindilla, curioso e inquientante, Jose Crust, que con su trabajo por la villa de Bilbao, está haciendo posible que cada vez más salas y espacios culturales programen lo inusual en lo que a lo musical se refiere.
Un acercamiento a los bosques de Sangre Du Muérdago