Sábado 22 de Marzo | 20:00h
Leopoldo María Panero falleció hace un par de semanas y con él murió la persona pero no el mito. Este poeta etiquetado por la locura y con apellido de maldito, creo una obra extensísima que poetiza la realidad desde su ángulo más oscuro, porque como él mismo decía, nunca conoció la claridad. Hijo, sobrino y hermano de poetas, nacido en una familia acomodada y afín al régimen franquista en el año 1948, vástago de una madre actriz y marcado desde la infancia por lo brillante de su escritura, oralidad y rebeldía, ha sido retratado con su familia en documentales, películas y biografías, creando alrededor de su figura un halo de misterio y admiración dónde eĺ mismo es su principal admirador.
El sábado a las 20:00h ofreceremos en la Karpinteria de Histeria una de las obras que intentan acercarse a este personaje de sangre y pulso arrebatador, salvaje, desquiciado en su propia sabiduría y cosmovisión. El documental «Una Merienda de negros» de la artista Elba Martinez, busca extraer a Leopoldo de este universo tan propio y peculiar y acercarlo a lxs espectadores, porque este hombre de reclusiones constantes en centros psiquiátricos y penitenciarios, tenía y tiene mucha luz que aportar no sólo al uni-verso de la poesía sino al universo de la realidad. Hombre de lengua ágil con varios idiomas entre sus dientes y ganas constantes de llegar hasta el final de cualquier cuestión aunque ésta conlleve el no regreso, abusó de todas las sustancias abusivas que encontró (hasta de la coca-cola) y terminó sus días en un psiquiatrico de las Palmas de Gran Canaria que él mismo denominó como El manicomio del Dr. Rafael Inglott a la sombra de su propia lucidez. El final perfecto de su mismas etiquetas: loco y maldito.
Este personaje de ciencia y poesía, entendía la vida como «un cuento dicho por un idiota lleno de baba y furia», consideraba que él tenía las llaves del abismo, el abismo de la locura y que ésta misma, era un estado de confusión. Abanderaba la enajenación, exclamaba el poder para lxs locxs y citaba y recitaba de memoria versos en francés, italiano, castellano y seguramente… hasta en lenguas inventadas. Visionario, vidente de una realidad cruda, marginal, maltratada, herida, apocalíptica, escupía versos como lanzas criticando a una España, que como una piedra, siempre estaba enquistada en su zapato de hombre libre. Porque su única bandera fue la libertad y el conocimiento y su única promesa, mantenerse fiel a si mismo. Persona de magnetismo y naturalidad abrumadora, poeta que ha hecho de su misma vida un acto poético (y en esto el documental de Elba acierta enormemente) nos abandonó el 5 de Marzo, eso si, su ausencia corpórea nunca será ausencia espiritual, porque la sangre con la que escribía y cantaba sus versos, siempre correrá entre lxs que como la señora presente, lo admiramos por su sinceridad, valentía, inteligencia y sobre todo, por su capacidad para hacer de la vida algo poético, excitante y verdadero.
La entrada es gratuita aunque lo que se va a visionar, es imposible que lo sea.
Os esperamos a las puertas de la Karpinteria envueltas en el halo de lo maldito.