Estoy harta, estamos hartas. No razonamos el por qué. No podemos permitirnos el lujo de perder lo único que nos queda: La Fe. Escurridiza la maldita fe, estandarte de hogueras, inquisición de principios fundamentales. Enemiga de la razón y fanática de guerras y hombres. Fe y emoción, rabia otra vez… golpear, reventar, meterse en un bucle, patinar, hasta que no note que me asfixio, yo no disparo y pongo límites. Me parto por la mitad si eso es lo queremos. Yo me parto en mil y alguien hará alguna forma geométrica para evitar que entre trozo y trozo, entierren para siempre mi corazón de piedra.


Te señalan veinte dedos y tú no has hecho nada. Como no has hecho nada, te martirizas, buscas que has hecho y te sientes culpable de todo, por todo. El mundo te revienta en el vientre y te vacía el útero. Te hace comer plástico y peces mercurianos y tú lo sabes. Tú sabes todo eso y tienes miedo. También piensas que es culpa tuya. Te arrinconas en lo que pudo haber sido y te marchitas sin remedio. Se vuelve crónico y lo ves todos los días en los bares y hospitales. No es una ilusión perversa, está ahí, lo puedes tocar, oler, ver; te escupe en la cara, te mea encima.
Decides que no quieres más, que no puedes más, que ya está bien de sentirte mal por la violencia de una sociedad neurótica y enfermiza que te quiere reducir a la estupidez más profunda. Y de repente, ya no te callas, y aunque te sigues escondiendo y huyendo, cada vez son menos las veces que lo haces. Cada vez aprendes a sublevarte mejor; a seleccionar, marcar los límites y señalar y apartar lo que no deseas ni por el forro. Cada vez tienes menos miedo a la muerte.



No vale distraerse. Tienes que estar tan presente como si no existiera un ahora. No existe un ahora porque lo estás viviendo y cuando lo vives, sólo existe el todo. No hay categorías, ni conceptos, ni patrones. Existe una energía vibrante, un pecho de centro de poder, una mirada sin punto de fuga; sin miramientos, sin contornos limitantes.
No existe el juicio. Estás y estás con todo. Dejas de ser tú para ser todo. Trasciende. Ni siquiera tú trasciendes. Trasciende todo. No hay pronombre personal. Hemos quedado selladas con el universo. Mantener esa potencia. Ese estado latente y llevar el todo hasta la partícula elemental en un viaje a las ruinas.
Si llevas toda tu concentración a la pelvis y empiezas a caminar como si solo existiera esa parte de tu cuerpo, la primera expresión que visita tus labios es: NO TENGO EL COÑO PARA FAROLILLOS y así, empiezas a soltar todo esa rabia, esa impotencia, esa tristeza, ese enfado de niña primer mundista cubierta de necesidades que no necesita, de formas que no le satisfacen, de personas que se mueren en vida, de muertos y muertas que no volverán, de una Historia injusta que se está comiendo el planeta dándole el valor de un caramelo de naranja en la cabalgata de Reyes del 2018.



De esto y de las voces y cuerpos de todas las personas que han formado Bastardas 2017-2018, (que son muchas y si me pusiera a relatar nombres esto sería como las nota de prensa de las exposiciones benéficas que salen en el Correo) nace esta 3ª Muestra Bastarda el sábado 17 de Febrero en la Plaza Corazón de María a las 18:30h.
ADVERTIMOS QUE EL ACTO PERFORMATICO VA A SER HOSTIL. ADVERTIMOS QUE VAYAN ABRIGADOS. QUE LLEVEN GUANTES Y CALAZADO CÓMODO. QUE LLEVEN PAÑUELOS QUE PAREZCAN MANTAS. QUE SEPAN QUE POR UNAS DOS HORAS Y MEDIA, SU COMODIDAD VA A SER SUSTITUIDA EN TERRITORIO RUSO. ADVERTIMOS QUE ES UN VIAJE EN EL QUE SOLO CABEN 48 PASAJERXS. QUE SEAN PUNTUALES. ADVERTIMOS QUE HEMOS ADVERTIDO.
BASTARDAS 2018